domingo, 11 de diciembre de 2016

Sombras humanas: Puerto Casado S.A.


Ningún interesado podrá adquirir del Estado en cada zona del Chaco,
más de un lote por sí ni por interpósita persona.
Ley de Ventas de Tierras Públicas, 1883, República del Paraguay


1_Vista de Puerto Casado desde el río Paraguay.
El quebracho colorado es un árbol nativo de Latinoamérica, muy apreciado por su madera de alta calidad, de una dureza a prueba de hachas (se cree que de ahí deriva su nombre, ‘quiebra hachas’) e imputrescible. Durante mucho tiempo se utilizó en ebanistería y construcción, como es el caso de los rieles de ferrocarril. Y, por si fuera poco, tiene una alta concentración de taninos, una sustancia empleada en la industria del curtido. La etnia Maskoy le otorga, además, un significado ritual ya que al parecer, el fuerte sonido del crepitar de sus ramas al arder ahuyenta el alma en pena de alguien a quien mataste –sea humano o yaguareté-, evitando que te haga daño de vuelta.

2_Reloj elaborado con maderas nobles del Chaco. Koloniehaus,
Museo de la Colonia Fernheim, Filadelfia, Departamento de Boquerón.
Hasta que vine a Paraguay el nombre de Casado del Alisal lo asociaba a una de las avenidas principales de Palencia, sin saber quién era ese personaje ilustre. Ahora tengo la duda de si el callejero palentino honra –como el de Madrid- a José, el autor del cuadro ‘La rendición de Bailén’, o a su hermano Carlos, quien no se dejó ensimismar por las musas y tuvo una visión más que pragmática de la vida. Con solo veinticuatro años emigró a la Argentina, avistando las oportunidades de una tierra en la que estaba todo por hacer: ocho años después ya era dueño de un banco con su propio nombre y que luego vendería al Banco de Londres, una prueba de los especulativos negocios que se movían en la zona tras la Guerra de la Triple Alianza. Empezó a invertir en el ferrocarril de Santa Fe, que llevaría el cereal a los principales embarcaderos del río Paraná, convirtiéndose en el primer exportador de trigo a Europa. Con el ‘granero del mundo’ bajo su control, su olfato emprendedor le hizo poner los ojos en el Chaco Paraguayo, tierra rica en un recurso de creciente demanda en la industria: los taninos.

3_Mapa de Paraguay y territorio propiedad de Carlos Casado.
En 1883, a través de 28 escrituras públicas y 17 intermediarios, nuestro prohombre inicia la compra al Estado paraguayo de, nada más y nada menos que, 5.625.000 hectáreas de tierras fiscales. En 1885 tiene tituladas a su nombre el 99% de las mismas, a las que bautiza como Nueva España y en las que pretende, bajo la idea de que son tierras por conquistar, “traer el progreso al país y la regeneración a las razas indígenas”. Si no se parte de la adquisición fraudulenta de tierras y de las ‘bondades’ de la colonización –con un enfoque profundamente positivista- es imposible entender la historia de este país. Así es como, a finales del siglo XIX, surgen nuevos poblados a lo largo del río Paraguay que se van llenando de gente campesina e indígena expulsada de sus tierras por terratenientes que, aprovechando la coyuntura posbélica, se adueñaron de buena parte del país.

4_Locomotoras abandonadas en la antigua fábrica de taninos.
En Puerto Casado se instaló uno de los mayores enclaves fabriles. Y digo enclave porque hasta la década de los 70 del siglo XX no contó con estatus, ni siquiera, de municipalidad: durante casi un siglo funcionó como un sistema de acumulación capitalista –sin ningún atisbo de desarrollo social, ambiental o económico autónomo-, un per(verso)fecto engranaje entre producción, comercialización y consumo. Estaba prohibido el ejercicio de cualquier profesión liberal y la posesión de animales de cría. Sus habitantes solo tenían un destino: trabajar en la fábrica de taninos a cambio de bonos canjeables (también hay casos documentados de pago en alcohol de caña), de manera que los escasos alimentos y productos de primera necesidad se adquirían a precios elevadísimos en el único almacén propiedad de la empresa. Una dependencia absoluta, en todas las esferas de la vida de sus pobladores, a la voluntad y control del patrón.

5_Mapa del Departamento de Alto Paraguay con la delimitación distrital.
La primera medida de una presencia del Estado no llega hasta 1936, cuando se declara a Puerto Casado S.A. como puerto libre y sus habitantes pueden, solo a partir de ese momento, entrar y salir libremente. Esta década está, igualmente, marcada por las huelgas que sacudían las fábricas tanineras de todo Alto Paraguay. Desde los 70, con el declive en la demanda de taninos en el mercado mundial –es decir, sin que pueda interpretarse como una apertura del modelo extractivista-, la compañía aprovecha para disminuir la actividad y vender parte de sus tierras (entre ellas, la cesión para la creación del nuevo distrito de La Victoria como compensación a los impuestos debidos al Estado paraguayo durante todos esos años). Este es el momento en que la etnia Maskoy inicia su reclamo por el derecho sobre 30.000 Has de tierras ancestrales y, ante el temor de que cundiera el ejemplo, la estrategia de la compañía es ir desprendiéndose de sus posesiones, apenas productivas –salvo algunos emprendimientos ganaderos- desde el cierre de la planta en 1976.

Tierra y propiedad son para los indígenas de América dos asuntos antitéticos: como tal, la propiedad individual sobre la tierra no existe; la tierra es un concepto, digamos, filosófico y plural, donde lo comunitario se une a lo sagrado.
Caminos de Agua, Román Morales.

En septiembre de 2000 Puerto Casado S.A. emite dos comunicados: uno, dirigido a sus accionistas, en el que informa de la firma de la escritura de transferencia de las últimas 500.000 hectáreas de tierras, que incluyen la ex-fábrica y los galpones, las instalaciones portuarias y los bienes de uso, materiales y repuestos, así como la totalidad de la cabaña vacuna y caballar; el otro, estaba dirigido a la población y dice, textualmente, “les comunico que desde este mismo momento están a cargo del nuevo propietario”. Bajo arrendatarios de diferentes nombres se esconde la Iglesia para la Unificación del Cristianismo Universal, más conocida como secta Moon, que –surgida durante la Guerra Fría para contener al comunismo- es una máscara fanático-política vinculada a turbios negocios (armas, blanqueo de capitales, especulación financiera...) y representa hoy el mayor exponente del fenómeno de acaparación de tierras en Paraguay. Más de un siglo después de abolida la esclavitud, y como en las antiguas plantaciones, los pobladores de un territorio eran ‘vendidos’ a un nuevo patrón. Eran, sencillamente, “pueblo convertido en sombras, sombras humanas”.

6_Elementos de la muestra
'Destiempo. Dinamograma de Puerto Casado'.
La comunidad Maskoy encuentra un aliado en la población casadeña, a la que se concedió ‘un año de gracia’ para desalojar el territorio y dejar el camino libre al nuevo ‘eldorado’ en versión religiosa. Se inicia entonces un ciclo (de 2005 a 2007) de ocupaciones de la fábrica, viviendas e inmuebles de la familia Casado, y de movilizaciones, las llamadas ‘marchas por la dignidad y la soberanía nacional’ que –apoyadas por los salesianos- culminan con la creación de la cooperativa Quebracho Poty por parte de ex-trabajadores. Se aprueba una Ley de Expropiación de Tierras que no llega a ejecutarse, al ser recurrida por inconstitucionalidad, sentencia que se hizo efectiva y, por tanto, derogada la ley en 2007, con el voto a favor de un juez vinculado a uno de los testaferros de la nueva compañía. Se reconoce, eso sí, la donación de las 30.000 Has reclamadas por la etnia Maskoy pero en dos fracciones separadas y en tierras anegadizas. En 2012 se reconoce, por fin, la ocupación de hecho de Puerto Casado y de las 35.000 Has que reclamaban sus pobladores, paso previo para la titulación de dichas tierras. Solo para entender el enredo jurídico y burocrático que supone este proceso se necesitarían varias vidas, y ver cumplidas sus aspiraciones entra dentro de la utopía.

7_Cartel de la exposición 'Memoria, trama e imagen', resultado de la
residencia investigadora de un grupo de artistas y su proyecto posterior.
Nunca he visitado Puerto Casado y tampoco sé cuál es el estado de la cuestión en este momento. Pero Puerto Casado lleva muy presente en Asunción durante los últimos meses a raíz de la investigación de Valentina Bonifacio, una antropóloga italiana, y de las experiencias y muestras paralelas que ha generado. A través de la historia de Puerto Casado es posible narrar los acontecimientos más relevantes de la historia del Paraguay: la Guerra de la Triple Alianza, la apropiación del territorio, la Guerra del Chaco, los favores de la dictadura en aras del 'progreso' y para ‘civilizar’ indígenas, el viejo y los nuevos colonialismos, la transición a una democracia guaú, las luchas por la tierra... La memoria es el ejercicio de recopilar instantes, hechos, interrogantes, cuestiones inacabadas, e intentar armar un trabajo de patch-work con las memorias tangibles, la nacional, la bélica, la historia oficial, y con las huellas borradas, las memorias indígenas, las memorias campesinas, la memoria de la(s) violencia(s), la historia de las sombras. O como decía Jung, como si lo hubiera aprendido de los pueblos indígenas de este lado del mundo, “el pasado se enuncia hacia delante, no hay nada que construya más futuro que la memoria”.

Créditos de las fotografías:
1- Valentina Bonifacio, tomada de http://espaciocritica.org/?p=1089
2- Propia 

* El título de esta entrada y buena parte de la información para su redacción la he tomado de este número de la revista Acción http://www.cepag.org.py/upload/revistas/1695AccionAbril.pdf, dedicado a la lucha por la tierra y cuyo tema central fue Puerto Casado, así como de otras páginas que enlazo y que cito, igualmente, en los créditos de las fotografías.